Después de bastante tiempo retomo las reseñas en esta bitácora, con la intención de convertirlas en una sección más regular dentro de esta nueva etapa. Mi intención es publicar una reseña cada dos o tres semanas, aproximadamente, de libros, cómics y en general cualquier expresión artística que me haya parecido destacada.
En esta ocasión, la reseña es de un libro que no llegué a terminar antes de publicar mi entrada sobre los siete libros que deberías leer si quieres ganarte la vida escribiendo, porque si lo hubiera hecho, a buen seguro se habría ganado un puesto en la lista (y entonces ya estaría hablando de ocho libros). Se trata de Zen en el arte de escribir, un compendio de ensayos de Ray Bradbury que es un paseo delicioso por la mente de uno de los autores más imaginativos del siglo XX, y una auténtica delicia para los fans del autor de Crónicas Marcianas.
En estos textos Bradbury trata gran variedad de temas, y los aprendices de escritor podemos sacar mucho provecho de esas paginas. Desde cómo recoger los hechos ocurridos en la vida de uno para reflejarlos luego en nuestras historias, hasta cómo usar la asociación de palabras y títulos para crear relatos de todo tipo, Bradbury va contándonos de forma amena y didáctica cómo afronta él el proceso literario y qué busca con la escritura. Asimismo, podemos conocer más detalles sobre la génesis de sus dos obras más conocidas, Farenheit 451 y Crónicas Marcianas, y cómo el propio Bradbury afronta la traslación de sus obras a otros medios, como el cine y el teatro.
Sin embargo, en mi opinión la joya de la corona es el ensayo que da nombre al libro, en el que nos da las claves para poder escribir sin bloqueos. Sí, así de directo es Bradbury y la verdad es que la receta que ofrece es la receta perfecta. Para alcanzar ese estado zen a la hora de escribir en el que las palabras fluyen casi más rápido que uno es capaz de escribirlas, basta con seguir los tres pasos que indica:
- Trabajo.
- Relajación.
- No pensar.
Al igual que las Reglas de Heinlein, es un proceso muy sencillo pero complicado de conseguir. Cualquier escritor puede sentarse frente a su ordenador —o cuaderno de papel, si lo prefiere— y ponerse a escribir. Ese es el primer paso, el Trabajo, pero muchas veces ponemos mil excusas para no hacerlo: no tengo ganas, tengo sueño, estoy enfermo, no me da tiempo… Todo es válido para no trabajar.
El caso es que aquellos que vencen la Resistencia y se ponen a trabajar, descubren que pasado un rato —que varía tanto como cada escritor— el trabajo mismo adquiere un ritmo. Ya no es algo obligado, empieza a hacerse solo, como si dijéramos. Entonces es cuando el escritor comienza con el segundo paso, la Relajación.
Cuanto más nos relajamos, más espontánea es nuestra escritura, porque es entonces cuando el lado creativo de nuestro cerebro se libra de todas las ataduras y comienza a hacer lo que nos parece magia. Muchos escritores se asustan en este punto, porque no están acostumbrados después de una vida pensando que la escritura debe costar. Pero si superan esas trabas y se dejan llevar lograrán llegar al tercer paso, No Pensar. Esto se traduce en más relajación, más espontaneidad y una mayor creatividad, los ingredientes necesarios para poder crear historias que de verdad valgan la pena.
Así de sencillo y complicado es el proceso descrito por Bradbury, que creo que todos los que escribimos hemos experimentado alguna vez.
¿Debo decir que me ha encantado el libro? Es una lástima que esté descatalogado, pero la última edición de Minotauro es de 2005 así que no es demasiado difícil de conseguir.
¡Feliz escritura!
¡Vaya! Otro más apuntado para leer, esto va a acabar conmigo xD ¡un saludo!
Apúntalo y ponlo en tu lista de lecturas, Raquel, que si quieres dedicarte a esto (y a cualquier otra cosa, en realidad) vas a tener que pasar toda tu vida aprendiendo. ¡Un saludo y gracias por comentar!