Si llevas un tiempo escribiendo, habrás oído hablar del sentido de la maravilla, el sense of wonder anglosajón.
Se trata de esa cualidad casi imposible de aprehender y que nos hace quedar fascinados ante una historia y completamente inmersos en la misma.
Experimentamos ese sentido de la maravilla sobre todo con las primeras obras que leemos, que son las que marcan nuestro futuro como lectores. En raras ocasiones, lo experimentamos de adulto con otros libros, y es una de las razones por las que seguimos leyendo.
En la vida cotidiana también se puede experimentar el sentido de la maravilla, y es bueno que lo busques para poder transmitirlo luego en tus historias.
Y si no sabes cómo hacerlo, te aconsejo que viajes a algún lugar alejado de toda contaminación lumínica, esperes a que se haga de noche y levantes la vista al cielo.
En esta época moderna que nos ha tocado vivir, ya nadie mira al cielo. Quizá por eso la humanidad está hoy más desubicada que nunca.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Robson Hatsukami Morgan en Unsplash