Vamos a realizar un experimento. Imagina que escribes y publicas tu primer libro. Sorprendentemente, tiene más repercusión de la que crees y las ventas se suceden una tras otra. Las críticas y reseñas son positivas y piensas que todo tu esfuerzo ha merecido la pena.
Así que te dedicas a escribir y publicar el siguiente. Es lo que todos los expertos de la blogosfera recomiendan (incluyendo gente que no es experta como yo). Pones todo tu esfuerzo en crear una historia diferente que demuestre que no eres flor de un día. Pero cuando lo publicas, no se porta como el primero. Vende mucho más lento y las opiniones y reseñas ya no son tan favorables.
Son gajes del oficio, te dices. Pasa el tiempo y las ventas del segundo libro no llegan ni a la mitad de las del primero, a pesar de todos los esfuerzos de marketing que haces. Pero has leído que la mejor publicidad para un libro es publicar el siguiente, así que sacas tiempo de donde no hay para escribir y publicar tu tercer libro. Decides jugar sobre seguro, así que hasta haces una secuela directa de tu primer libro.
¿El resultado? Las ventas suben y parece que vuelves al camino del éxito. Pero las críticas ahora ya no son nada benignas. Hay algunos lectores que lo disfrutan, pero muchos otros se ríen de tus personajes, del villano que has creado y de la historia en su conjunto. De hecho, todos recuerdan tu primer libro y dicen que ya no escribes como antes. Pero el caso es que las ventas de este tercer libro superan al primero.
Animado por ese éxito, vas a por tu cuarto título, en el que cambias de registro de nuevo. Cuando lo publicas, las críticas y reseñas se dividen entre los que lo consideran infantil y los que alaban las nuevas ideas y personajes que has creado. Las ventas no llegan a la altura de tus dos libros más vendidos pero al menos superan las del fatídico segundo.
Con el quinto libro, las cosas no son muy diferentes. Has vuelto a cambiar de registro, con una historia de época cuando todos tus otros títulos transcurren en el presente. Los lectores parece que no están muy de acuerdo con el cambio ya que este quinto libro vende menos que el cuarto. Eso sí, las críticas y reseñas son casi unánimemente positivas.
Para tu sexto libro, decides retomar personajes de tus libros más vendidos junto a los de los menos vendidos y te concentras en crear una historia que haga justicia a tal reunión. Trabajas duro y quedas muy satisfecho con el resultado. Lo publicas y cruzas los dedos, ya que los gustos del público son inescrutables, al menos por tu experiencia.
Y con este das en la tecla. Las ventas casi superan las de todos tus libros combinados hasta la fecha y todas las críticas coinciden en que es tu mejor trabajo. Después de todo este tiempo y seis títulos publicados, parece que lo conseguiste.
Ahora piensa en que no todos los escritores tienen la paciencia para llegar a ese sexto libro. De hecho, muchos de ellos ni siquiera llegan al tercero. La mayoría de escritores noveles se quedan en el primer libro y en cuanto este no llega al éxito que esperan o desean, lo dejan para siempre. No es algo malo, ya que el éxito y poder vivir de lo que escribes es algo que se tarda años en conseguir. Los ejemplos que puedas pensar de escritores que con un libro han triunfado son excepciones, y no puedes basar tu carrera o tus sueños en una excepción.
Por cierto, creo que a estas alturas y con la imagen que preside esta entrada, habrás visto el paralelismo entre el experimento y la primera fase del Universo Cinematográfico de Marvel. Con la perspectiva que da el tiempo es muy fácil decir que su éxito estaba cantado, pero en su momento era una apuesta muy arriesgada, y más en un mundillo feroz y obsesionado con los resultados como es Hollywood. Hace falta mucho valor para tener varias cintas con un resultado discreto en taquilla (como fueron algunas de la fase uno) y mantener el plan fijado. Cuando se tiene valor y se trabaja, se consiguen cosas como la primera película de los Vengadores, que seis años después sigue siendo la más taquillera de la franquicia.
Para un escritor independiente, el proceso es similar. Puedes tener un éxito o dos, pero cuando llegan otros títulos que no rinden como esperas, hay que tener valor para seguir escribiendo y publicando. Sin embargo, es el único camino para llegar a algún sitio y, cuando sigues ese camino, puedes llegar a conseguir los mayores éxitos.
Igual que pasó con el UCM. No en vano, todos los estudios intentan imitarlo.
Pero al igual que muchos escritores noveles, ni tienen paciencia ni quieren aceptar que se tarda años en conseguirlo.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
A mí lo que me aterroriza es ir ganándote a los lectores poco a poco, esforzándote mucho porque tus libros cuenten buenas historias y, de repente, escribes uno que no te ha salido redondo. A los lectores no les gusta. ¿Qué pasa después? Te esfuerzas y vuelve a salirte una buena historia, pero tras el fracaso del título anterior… ¿volverán a leerte los lectores? Eso es lo que me aterroriza. Y estoy en medio de ese caso, además… :'(
Tú ya deberías saber la respuesta, Ana. ¿Qué puedes controlar? Cuánto escribes y tu esfuerzo para crear una buena historia. ¿Qué no puedes controlar? La reacción de los lectores ante esos libros. Que un libro no le guste a algunos lectores no significa que no le guste a todos los lectores. Y términos como éxito y fracaso son siempre relativos. ¿Qué es el fracaso? ¿Vender menos de mil ejemplares? ¿En cuanto tiempo? No, tú ya tienes que saber que lo único que puedes hacer es escribir y esforzarte para que cada historia sea mejor que la anterior. Todo lo demás son miedos que no llevan a ningún sitio. ¡Un abrazo y mucho ánimo!
Creo que cada libro tiene su público. Algunos gustan a todos tus lectores y otros a una sola parte de ellos, pero eso no quiere decir que sea mejor o peor que los otros, solo diferente. Puede que dentro de unos años ese libro que no vendía sea de pronto el que explota y te define como autora. ¡Quién sabe!
Yo no considero un fracaso una novela porque venda menos que las otras. Si los lectores la han leído y algunos de ellos les ha gustado me doy por satisfecho. Y si no le gusta a nadie tampoco es un drama. Seguro que ese libro te servirá para aprender de los errores y mejorar en el siguiente, y los lectores sabrán apreciarlo.
Lo que ha dicho Alberto (¿para qué añadir nada cuando todo está tan bien argumentado?).
Muy buen post, como siempre.
Esta vez es para decir solo eso =)
Saludos!
Muchas gracias, Hector. Ya me gustaría a mí que todas las entradas salieran buenas, con que estén decentes me conformo 😀 ¡Un saludo!