El japonés es un idioma fascinante en el que puedes encontrar palabras que sintetizan de manera inigualable conceptos difíciles de expresar en castellano con una sola palabra (lo mismo ocurre con el alemán y palabras tan geniales como backpfeifengesicht), y hace pocas fechas conocí el término que quiero explicarte hoy: kaizen.

kaizen
Se puede traducir kaizen como mejora, y también se aplica al renacimiento industrial y tecnológico experimentado por la industria nipona tras la Segunda Guerra Mundial. Adaptando los métodos de trabajo occidentales a su particular filosofía de vida, los japoneses transformaron en apenas unas décadas un país derrotado y roto en una de las mayores economías del mundo. Para definir ese progreso, se usó la palabra kaizen, que desde entonces tiene un significado adicional de «mejora continua» en todos los aspectos, algo que como escritores debemos tener siempre en mente.
Cuando te planteas como yo tu carrera usando la triple E (Escritor, Editor, Empresario), es muy sencillo pensar que ya estás haciendo todo lo posible para salir adelante. Como Escritor, te preocupas de escribir todos los días. Como Editor, te preocupas de mejorar esas palabras y de crear el mejor envoltorio posible para las mismas. Como Empresario, te ocupas de gestionar y promocionar esos envoltorios y de buscar nuevas formas de conseguir dinero con ellos. Parece sencillo, ¿verdad?
Pero nunca es suficiente. Tienes que ser un escritor kaizen y mejorar de manera continua en todos los aspectos de tu carrera.
Como Escritor, no basta con que escribas todos los días o mejor dicho, escribir todos los días no basta si no trabajas para que esa escritura sea cada día mejor. Sal de tu zona de confort, afronta nuevos retos como puede ser participar en el Camp NanoWrimo del próximo julio o escribir una novela desde un punto de vista diferente al que acostumbras. Busca la forma de entrenar tus músculos como escritor creando historias diferentes o dando un enfoque diferente a tus historias habituales. Haz lo que sea, pero no hagas más de lo mismo.
(Y por supuesto, si no escribes todos los días, adquirir ese hábito es una buena de forma de kaizen).
Como Editor, puedes mejorar continuamente aprendiendo nuevas formas de crear el envoltorio para las palabras que escribes. Desde el procedimiento para sacar un libro de tapa blanda en KDP hasta cómo crear mejores portadas o escribir mejores sinopsis, siempre hay espacio para que puedas mejorar tus habilidades. Además del envoltorio, también en la labor de edición de tu manuscrito puedes mejorar y aprender de manera continua. No solo puedes repasar y actualizar tu ortografía y gramática, puedes (y debes) leer mucho sobre la estructura y la forma de las historias y así poder detectar los puntos débiles de las tuyas. Hasta el simple hecho de tomar una novela que te haya gustado como lector y volverla a leer tomando notas de lo que te gusta y por qué puede servirte para mejorar en ese aspecto.
Como Empresario, puedes mejorar continuamente explorando nuevos canales para la venta de tus libros físicos y digitales e informándote sobre las ventajas e inconvenientes de cada canal. También puedes hacerlo diseñando y probando diferentes estrategias de precios para tus títulos, tomando nota de lo que te funciona y de lo que no, para no repetir de nuevo los mismos errores. Y, por supuesto, mejorar tu página web y tu lista de correo para estar en mejor contacto con tus lectores, o participar en iniciativas como esta también sirven como kaizen.
En resumidas cuentas, no debes dormirte en los laureles. Sea como Escritor, como Editor o como Empresario, tienes que seguir trabajando y buscar todos los días la forma de mejorar en ese trabajo. Solo así conseguirás que llegue ese momento en que veas tu primer libro y sonrías con nostalgia al ver los errores de novato que cometías.
Será entonces cuando te des cuenta del camino que has recorrido y cuando tienes que ser más humilde todavía, porque sabrás que todavía te queda por delante un camino mucho más largo. Porque la clave del kaizen no es la mejora continua hasta llegar a la perfección —ya debes saber a estas alturas que la perfección no existe—, ni siquiera es la mejora. La clave es que es continua, un proceso que nunca termina y que durará mientras seas escritor.
Mientras seas escritor, sé un escritor kaizen.
(Por cierto, backpfeifengesicht se puede traducir como «rostro que merece ser abofeteado»).
Imagen: Beata Ratuszniak vía Unsplash.