Los tiburones no pueden dejar de nadar. Si lo hicieran, dejarían de flotar y terminarían hundiéndose en el fondo marino. Eso significa que deben mantenerse constantemente en movimiento.
(La explicación es un poco más complicada, pero quedémonos con la versión simple, que es suficiente para esta entrada)
Por eso, los escritores independientes debemos ser como un tiburón. Pero no en el sentido de anunciarnos sin parar en medios y redes sociales.
Los escritores estamos obligados a aprender constantemente y mejorar nuestro oficio cada día. Si no lo hacemos, nos quedaremos estancados y al final, como un tiburón, terminaremos hundiéndonos.
Tenemos que hacerlo no solo para que cuando un lector nos descubra y lea nuestros libros, estos sean buenos.
Tenemos que hacerlo para que cuando el lector que ya nos descubrió compre nuestro último libro, lo que lea sea mucho mejor que lo que ya leyó.
No basta con conseguir nuevos lectores, tienes que mantener también a los que ya tienes.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Laura College en Unsplash
Y no sólo basta con aprender constantemente. Como bien llevas predicando años en esta bitácora, hay que seguir escribiendo y publicando. Te lo he leído millones de veces, aunque hasta hace poco no he sido plenamente consciente de ello y de que el tiempo vuela y se acaba, lo aproveches o no.
Como un tiburón, el escritor que asume la vida de la Triple E debe nadar constantemente: escribir y publicar, escribir y publicar, escribir y publicar… Y así hasta el fin.
Un abrazote.
Así es, Ana. ¿No había una campaña publicitaria que decía «o te mueves o caducas»? Pues para nosotros es lo mismo. Gracias por pasar por aquí. ¡Un abrazo!