Los tiburones no pueden dejar de nadar. Si lo hicieran, dejarían de flotar y terminarían hundiéndose en el fondo marino. Eso significa que deben mantenerse constantemente en movimiento.

(La explicación es un poco más complicada, pero quedémonos con la versión simple, que es suficiente para esta entrada)

Por eso, los escritores independientes debemos ser como un tiburón. Pero no en el sentido de anunciarnos sin parar en medios y redes sociales.

Los escritores estamos obligados a aprender constantemente y mejorar nuestro oficio cada día. Si no lo hacemos, nos quedaremos estancados y al final, como un tiburón, terminaremos hundiéndonos.

Tenemos que hacerlo no solo para que cuando un lector nos descubra y lea nuestros libros, estos sean buenos.

Tenemos que hacerlo para que cuando el lector que ya nos descubrió compre nuestro último libro, lo que lea sea mucho mejor que lo que ya leyó.

No basta con conseguir nuevos lectores, tienes que mantener también a los que ya tienes.

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

Imagen: Laura College en Unsplash