Todos los escritores noveles tendemos a buscar reglas. Sean para la escritura o para cualquier otro aspecto de la autopublicación independiente moderna, queremos saber cómo se hacen las cosas. Nuestra inseguridad es tanta que buscamos la seguridad de la norma, del proceso repetido una y otra vez, de la manera correcta de escribir.

Pero solo hay una manera correcta de escribir. Tu manera. 

Todas las reglas, manuales, cursos y tutoriales del mundo no te van a servir para aprender a escribir. Puedes usarlos como cimientos o como trampolín, pero no son ninguna poción mágica que te convertirá en escritor. De la misma forma que un licenciado universitario sale de su carrera con una gran base teórica y luego descubre que la práctica es algo completamente diferente, al escritor le ocurre lo mismo.

Para aprender a escribir, tienes que escribir. Tienes que acabar lo que escribes. Tienes que ponerlo a disposición de los lectores, que son los que de verdad juzgarán tu trabajo. Y después de eso, vuelves a empezar el ciclo.

Habrá quien con unas pocas repeticiones consiga cierto nivel de maestría y habrá quien jamás lo consiga. Eso es normal, aunque la corrección política diga lo contrario, no somos todos iguales.

Lo importante es que, aunque no seamos todos iguales, todos podemos conseguirlo si no nos rendimos, pues la única persona que puede hacer que dejes de escribir eres tú.

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

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Domingo, 15 de octubre de 2017

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Imagen: NeONBRAND en Unsplash