Con Traición en el Gran Consejo ya a la venta, es el momento de volver a abrir La trastienda para explicar el proceso de escritura de mi segunda novela. Lo hago para seguir compartiendo con los lectores el proceso creativo que sigo con mis libros y como una forma de fiscalizar mi trabajo. He aprendido mucho escribiendo Traición en el Gran Consejo y estoy seguro de que examinar el camino que he tomado para llegar a su publicación me va a permitir aprender aún más.
Tal y como comenté en el blog de Dean Wesley Smith hace unos días, aprender continuamente es el 25% del trabajo que necesitas para ganarte la vida escribiendo. El otro 75% se compone, a partes iguales, de escribir continuamente, dar a los lectores buenas historias y no dejar nunca de divertirte y retarte a ti mismo. Pero eso ya es materia para una futura entrada, hoy toca hablar de otra cosa.
Más grande, más complejo, más trepidante
Después de escribir Un Frescor Inconfundible —proceso que ya expliqué en su momento—, tenía claro que mi segundo libro tenía que recuperar a algunos personajes como Silvana Prescott o Chaka Gutionov y que tenía que ser más que La Cosmonave Perdida: más grande, más complejo, más trepidante, más espectacular en todos los sentidos. Con ese objetivo, hice un pequeño resumen y comencé a escribir.
Por si no conocéis qué tipo de escritor soy, me gusta esbozar a grandes rasgos la historia y después escribir confiando en que mi lado creativo sabrá mejor que yo si tengo que seguir el esbozo o no. En la mayor parte de las veces, termino yendo por caminos absolutamente inesperados, lo cual es genial para un escritor. Escribir a ciegas es pura diversión, pero para no darse con las paredes es mejor llevar una pequeña linterna para iluminar tu camino.
Cuando ya llevaba varias semanas trabajando en el libro, tuve que hacer una parada y volver a calibrar mi linterna, porque la historia se estaba expandiendo más de lo que imaginaba. Todos los personajes principales habían aparecido, incluyendo algunos que no estaban en el primer resumen, y estaba cogiendo un buen ritmo de escritura, pero entonces el trabajo se interpuso y pasé casi un mes en dique seco.
Sabía que aquello no podía ser, así que durante los siguientes meses me esforcé para escribir más —y cualquiera que haya leído mis balances mensuales sabe que lo conseguí—. Entonces alcancé mi objetivo inicial de setenta mil palabras, pero todavía me quedaban muchos aspectos que cerrar. Para entonces ya había decidido que Traición sería el primer volumen de una trilogía, pues la historia no me cabía ya en un libro. Por tanto, tenía que decidir cómo y dónde acabar de manera satisfactoria todas las tramas. Finalmente, di por terminado el libro a últimos de agosto, habiendo alcanzado más de ochenta mil palabras escritas y un final emocionalmente satisfactorio para el primer volumen de la trilogía.
Haz que entre un hombre con un pistola
Raymond Chandler, padre literario de Philip Marlowe, tenía una regla para cuando una historia se volvía aburrida o no sabía por dónde seguir, ante la duda, haz que entre por la puerta un hombre con una pistola. Junto a las reglas de Heinlein, es el mejor consejo que puede tener en mente un escritor y que también puede reformularse de esta manera: si no sabes cómo seguir, crea nuevos obstáculos para tus personajes.
Siguiendo esa regla, metí a los personajes de Traición en uno y mil problemas; gracias a eso, puedo decir que algunos capítulos de la novela son de lo mejor que he escrito. Por eso, si eres escritor o aspiras a serlo, te animo a que sigas a rajatabla las reglas de Heinlein y la ley de Chandler. Verás como tus textos mejoran visiblemente.
Además, creo que esas reglas están ayudando a definir mi estilo y lo que escribo. Escribo ciencia-ficción pero no tengo la formación científica necesaria para escribir cifi dura, así que debo limitarme, si es que esa es la palabra, al género que mejor describe mis textos, la space opera. Y tengo muy claro que todo lo que escriba dentro del Ciclo de la Unión —que es cómo voy a denominar a esta serie— va a estar encuadrado en ese género.
Corrección y promoción
La edición de Traición fue más compleja que la de La Cosmonave, tanto por su extensión, más del doble, como por el gran número de personajes, razas alienígenas y términos específicos que fui usando a lo largo del libro. Por ello, la redacción de la biblia fue fundamental para no perderme y, aún así, tuve que consultar varias veces La Cosmonave para no cometer fallos de continuidad. El proceso de corrección del primer borrador me sirvió también para pulir algunos aspectos de los que no quedaba satisfecho y ver qué escenas adicionales eran necesarias.
Una vez que acabé con esa revisión y la escritura de las escenas adicionales se lo mandé a mis lectores beta y comencé a trabajar en la portada. Dado que en Cómo autopublicar tu libro estoy hablando precisamente de eso, dedicaré la entrega de la semana que viene a usar la portada de Traición en el Gran Consejo como ejemplo y enseñar cómo conjugar imagen y texto en una cubierta atractiva. Porque debo decir que estoy muy satisfecho de esta portada.
Las reacciones de los lectores beta me sorprendieron por lo positivas que fueron y la mejora que notaban con respecto a La Cosmonave. Todo ello me animó a poner Traición en preventa en Amazon, con unos resultados que me sorprendieron. Durante su periodo de preventa, llegó a alcanzar el puesto 71 en la lista de los más vendidos y antes de salir a la venta ya había vendido casi tantos ejemplares como el primer mes de La Cosmonave. La experiencia de la preventa ha sido muy positiva y creo que repetiré en los próximos libros, pues el tener una fecha de publicación definida te hace trabajar con más determinación aún.
Parte de ese trabajo se tradujo en Código Negro, mi nuevo relato gratuito y exclusivo para los lectores de la lista de avisos. Con él, quise narrar una historia que en apariencia es paralela, pero que en realidad es el detonante de toda la trama de Traición. Quedé muy satisfecho al escribir este relato, tanto por cumplir en tiempo y forma los límites de espacio y de tiempo que me había impuesto antes de comenzar, como por la historia en sí, una nueva pieza más en el Ciclo de la Unión que presenta a personajes que serán importantes en un futuro. Por cierto, si quieres leer Código Negro, tan solo pincha en este enlace.
También aproveché la posibilidad de los cinco días gratis que ofrece KDP Select, así que preparé una segunda edición de La Cosmonave Perdida, con algunos errores corregidos, nuevas páginas de créditos y llamadas a la acción y una nueva portada. Cuando estuvo lista, la puse gratis durante cinco días, con cientos de descargas tanto en Amazon.es como Amazon.com. De esta forma, espero hacer llegar mi trabajo a muchos más lectores y que todos ellos se animen a seguir leyendo lo que escribo.
La promoción gratuita coincidió con el lanzamiento de Kindle Unlimited en España y debo decir que ya he tenido mis primeras ventas, o mejor dicho lecturas, con este sistema. En un par de meses veremos cómo se traducen económicamente, pero por lo que he leído en los foros americanos estar en KU compensa, especialmente a los autores noveles. Aquí en España es muy pronto para extraer conclusiones aún.
Por supuesto, todo este proceso culminó ayer con la publicación de Traición en el Gran Consejo, en la que estoy experimentando con un precio mayor. Como la cuestión del precio de los libros es un tema candente, dedicaré una futura entrada de esta bitacora al tema, en cuanto lleve unos meses con Traición a 2,99 euros y pueda hablar con los datos en la mano.
A grandes rasgos, así fue el proceso creativo de Traición en el Gran Consejo, desde su concepción hasta la publicación. En este proceso he aprendido mucho y he descubierto que me queda mucho por aprender, pero si uno cumple los cuatro consejos que citaba al inicio de esta entrada, puede conseguirlo.
Y yo pienso conseguirlo.
Imagen: Alexandre Dulaunoy vía Flickr.