Solemos fijarnos en el lugar en el que queremos estar y tomarlo como meta. Hacemos que sea nuestro horizonte y trabajamos para que cada uno de nuestros pasos nos lleve (o al menos, eso esperamos) en la buena dirección.
Por tanto, solemos tener la mente presente allí donde queremos estar, en vez del lugar en el que nos encontramos en este momento.
Error.
El lugar en el que te encuentras ahora es un paso necesario en tu camino. Jamás llegarás a tu destino si no pasas antes por él.
Agradece el lugar en el que estás. Disfrútalo mientras puedas, porque no sabes cuánto durará, y puede que el siguiente sea menos hospitalario.
Y mientras lo haces, sigue con la vista puesta en el lugar al que quieres llegar. Pero que no te obsesione; no estás allí, no todavía, y quién sabe cuándo llegarás.
Con ese simple cambio de actitud, tu vida será mucho más sencilla, y tu viaje mucho menos precipitado.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
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Sábado, 21 de octubre de 2017
Días seguidos publicando en el blog: 90.
Días seguidos escribiendo ficción: 1. Mejor racha: 10.
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Imagen: Andrew DesLauriers en Unsplash