Por si fueran pocos los anuncios de los últimos días, como diríamos en el mus, envido más.

Voy a participar en el NaNoWriMo 2017. 

En algún momento de los últimos meses se me pasó por la cabeza, pero tras el comentario de mi colega Rfog a esta entrada, empecé a pensármelo seriamente. Ya he superado un NaNo antes, en 2014, y entonces tenía mucho más tiempo libre que ahora. En 2017 no solo tengo una familia, animales, un trabajo que me ocupa más horas y una bitácora que actualizar cada día, sino que este mes tengo un viaje de vuelta a la madre patria de diez días, por lo que al menos dos estarán perdidos para la escritura.

¿Por qué hacer el NaNoWriMo entonces? 

Muy sencillo, porque me da miedo y creo que no lo conseguiré. Solo aquello que tememos es algo que nos hace crecer, así que voy a hacerlo. Total, lo peor que puede pasar es que no lo consiga, pero si no lo intento, el resultado es el mismo.

Además, este esfuerzo es una buena manera de extender mis límites y probar mi capacidad de organización y escritura. Porque esta bitácora sigue con su ritmo habitual en noviembre, así que si lo consigo, va a ser una buena manera de derribar muchos mitos.

Finalmente, me servirá para darle un buen empujón a La Guerra del Ayer, porque el mes de octubre ha sido muy flojo y ya van demasiados. Lo consiga o no lo consiga, seguro que a final de mes tendré más palabras de lo que habría ocurrido si no lo intento.

Así que a escribir toca. Mañana, más. ¡Feliz escritura!