Se acabó el NaNoWriMo, que empecé con muchas ganas y energías pero la vida se me puso por en medio. Este noviembre era el mes en el que realizaba un viaje relámpago a España, diez días en los que tuve tiempo de ver a la mitad de la gente que quería volver a ver ni hacer todas las cosas que quería hacer.
A causa de ese viaje tuve que concentrar el trabajo (el otro trabajo, el alimenticio) de tres semanas en diez días, robando horas al sueño y a la escritura. Mientras estuve en España tampoco escribí y a la vuelta he pasado una semana poniéndome al día de todo lo pendiente en mi ausencia y alguna cosa más.
Sí, estaba condenado desde el principio, pero no voy a flagelarme por ello. Lo que sí voy a hacer es felicitar a mi colega Rfog que lo consiguió y me rebasó desde el primer día, y también a todos los otros ganadores del NaNo de este año. Algo de envidia les tengo, pero yo ya lo conseguí en 2014, así que sé qué se siente.
¿Y ahora qué ha pasado el NaNo, qué?
Pues que la vida sigue y hay que seguir escribiendo. Lo bueno de esto es que uno va acumulando experiencia, y las piezas van encajando aunque no lo parezca.
Por un lado, tenemos que esta es mi entrada número 131 desde que me dio esta locura de escribir todos los días en el blog. Supongo que es un logro a celebrar, pero después de todo este tiempo simplemente es una entrada más. Lo extraordinario se ha hecho ordinario.
La verdad es que no es tan difícil. Solo necesitas ganas, un plan, organización y objetivos. Exactamente lo que me ha faltado en la escritura durante estos últimos meses.
No sé si también habré estado algo quemado, y este artículo de Krystine Kathryn Rusch de hace poco me ha hecho reflexionar al respecto. El caso es que llevo mucho tiempo en el que la escritura siempre va después y eso hay que cambiarlo.
Así que siguiendo mi propio ejemplo, he reformulado mi plan de negocio aprovechando lo que he aprendido en estos meses de escribir a diario en el blog y aplicándolo a la escritura.
De ello hablaré este domingo, en una nueva entrada sobre los planes de negocio para escritores independientes. Mañana toca el balance del mes de noviembre y el lunes volverán las entradas de autoayuda/superación personal que parecen estar gustando bastante.
Así que la respuesta a la pregunta que da título a esta entrada es lo que siempre digo:
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Nik Shuliahin en Unsplash
Acho, tío, se hace lo que se puede. Si no pudiste, pues nada. Además, hay una «pequeña» diferencia entre tu y yo: tu vas a sacar lo tuyo. Lo mío se quedará en el cajón a medio terminar, y eso que es el primer NaNo que he cogido con muchas ganas, entusiasmando con lo que estaba escribiendo… pero ahora llega el momento de terminarlo (unas 10K palabras más), y corregirlo y actualizar todos los descuadres y añadir el contexto histórico…
Gracias por las palabras de apoyo, pero no vengas ahora con cuentos. Si te quedan solo diez mal palabras eso son una o dos semanas más de trabajo. No pienses en corregir, ni actualizr, ni añadir, solo acábalo. Termina la historia y luego ya te preocupas de todo lo demás. ¡Un abrazo!